
PROVINCIA DE KEP – La provincia más pequeña de Camboya fue creada por decreto real en 2004, extraída del territorio de la provincia de Kompot. Este pequeño territorio, apodado también como la Mónaco camboyana, es un lugar estupendo al lado del mar y cerca de la frontera vietnamita. Se trata de una península pequeña en forma de triangulo orientado de norte a sur, con un grupo de islas e islotes en su parte oriental que se conoce como el “archipiélago de Kep”. La península de Kep tiene su propia espina dorsal con una cadena de colinas que son los remanentes de un antiguo fondo marino que forman extrañas y fascinantes pirámides que conservan una selva tropical húmeda en el Parque Nacional de Kep.

La provincia es, sin duda, un paraíso oculto y fue descubierto desde los tiempos de la colonia francesa, cuando la elite de la época construyó y le dio el nombre de Kep Sur La Mer Ville, un pueblo francés, cuyas amplias calles francesas han sobrevivido décadas al sureste de la península. Tal como pasó con Boko Ville sobre el Parque Nacional de Bokó, el monte tutelar de esta región costera de Camboya, el pueblo francés de Kep fue abandonado dos veces: Durante la II Guerra Mundial y durante la II Guerra Indochina en la década de 1970. Los jemeres rojos hicieron de Kep, el rincón icónico francés de veraneo, un fuerte por años, incluso más allá del tratado de paz de 1991.
En 1991 los salesianos pusieron pie en territorio camboyano, aunque los primeros contactos de los herederos de Don Bosco ya se habían dado en los campos de refugiados de centenares de camboyanos en Tailandia durante la década de 1980. Cuando los salesianos llegaron a Phnom Penh el 24 de mayo de 1991 para abrir el primer instituto técnico y la fundación infantil, ya hablaban en jemer.
En 1992 la idea visionaria de presencias futuras de Don Bosco en diferentes provincias camboyanas, hizo que el coadjutor italiano Roberto Panetto adquiriera un pedazo de terreno en el pueblo fantasma de Kep Ville, silencioso con sus múltiples mansiones francesas en ruina y las joyas arquitectónicas del maestro arquitecto Vann Molyvann (fallecido en 2017 a los 90 años de edad). Kep era un sitio solitario en donde la naturaleza estaba libre de ir a donde quería y Don Bosco aseguró 3 hectáreas de tierra en la parte occidental de la península al lado del mar. Cerca se encontraban las ruinas del otrora exclusivo colegio de las hermanas de la Presentación (hoy es un hotel) y del llorado monasterio de los Benedictinos que hoy es un orfanato.

Gracias a muchos benefactores de Europa, la propiedad fue conservada para generaciones futuras y fue solo en el 2000 que se empezó con una experiencia educativa con una escuela de modistería. La aldea vecina, Phum Cham, envió numerosas jóvenes musulmanas a estudiar allí antes de que la creación de fábricas textiles en Camboya terminara con todas las iniciativas de capacitación en sastrería en Camboya. La ayuda leal del señor Gerard van Hal, el creador de Hatrans Logistics Ltd., una empresa de servicios de carga, le dio el nombre a la escuela de Don Bosco Hatrans.
Inicios de las escuelas técnicas hace diez años
En 2010 el padre John Visser y el padre Ly Samnang (Albeiro Rodas) de Sihanoukville se dieron cuenta que en el centro educativo en esa provincia, la mitad de la población estudiantil provenía de las provincias de Kep, Kompot y Takeo. Al mismo tiempo, los benefactores originales que habían donado para la adquisición de la propiedad, comenzaron a insistir en el desarrollo de un proyecto educativo para niños y jóvenes de la region. En 2011 el consejo local salesiano de Don Bosco Sihanoukville y la inspectoría salesiana THA decidieron abrir dos programas técnicos en la provincia de Kep bajo el liderazgo del padre Ly Samnang.
LLegó el 12 de octubre de 2011 con diez profesores desde Don Bosco Sihanoukville y 40 estudiantes que iban a ser los pioneros de comunicación social y hospitalidad en el más nuevo de los centros educativos salesianos de Camboya. La iniciativa atrajo bien pronto la atención de las autoridades locales y de benefactores internacionales, quienes le dieron una gran ayuda al hecho de que una de las provincias más aisladas de Camboya fuera a ser el centro de una escuela técnica para jóvenes de la región y también para el crecimiento de la fundación infantil.

Con la lealtad del señor Van Hal y la unión de numerosos benefactores de Europa, EEUU y Australia, el número creciente de estudiantes pudo obtener nuevos salones de estudio, oficinas, áreas deportivas, restaurante escolar y residencia estudiantil. El hecho de que la escuela estuviera dentro de un Parque Nacional, inspiró a la administración para crear el lema “educación y ecología para el pobre“. También recibimos la presencia de muchos voluntarios nacionales y extranjeros que llegaron a compartir su experiencia no sólo con los estudiantes sino también con los educadores camboyanos para mejorar la capacitación educativa. Por su parte, el gobierno local presente en la gobernación de la provincia, el ayuntamiento de Kep, los departamentos de educación, planeación y otros, han sido claves en el desarrollo de la institución.
Los estudiantes de Don Bosco Kep vienen especialmente de tres provincias: Kep, Kompot y Takeo. Pero la administración ha sido atenta en promover la institución en todas las provincias camboyanas, tan lejos como Ratanakirí, Battambang, Preah Vehear, Banteay Meanchey y otras que han enviado representantes jóvenes. Don Bosco Kep se promueve como una escuela para niños y jóvenes de comunidades étnicas minoritarias y se siente orgulloso de tener entre sus alumnos jóvenes indígenas charae, tampung, kreng, musulmanes y otros. Gracias a los benefactores, Don Bosco Kep pudo declararse como una escuela inclusiva y accesible para niños y jóvenes con desafíos físicos. También tiene un gran compromiso por la igualdad de género, motivando la promoción de la mujer. En 2015 la escuela se abrió como residencia estudiantil para niños con edades entre los 10 y 18 años para combatir el abandono escolar, el trabajo y la emigración infantil. También ha sido vital el encuentro de la escuela con el sector público y privado, en la búsqueda de empleo para sus estudiantes. En este sentido, agradecemos también a tantas compañías, organizaciones y departamentos oficiales que han visitado la escuela y han contratado a nuestros alumnos.


Durante la pandemia
La pandemia del covid19 ha sido uno de los principales retos para la misión de Don Bosco Kep. Celebramos el X aniversario en medio de un confinamiento, pero esto no ha descontinuado nuestro compromiso de estar al lado de los niños y jóvenes camboyanos más necesitados. Desde marzo de 2020 Don Bosco Kep ha utilizado todos sus recursos y experiencias para incrementar su sistema educativo en línea y defender el hecho de que muchos de nuestros estudiantes (niños y jóvenes) son huérfanos, abandonados o muy pobres. Por más de 20 meses, Don Bosco Kep ha estado en un confinamiento especial, protegiendo sus niños y jóvenes y siguiendo estrictamente las normas de bioseguridad dictadas por la Organización Mundial de la Salud y por El Real Ministerio de la Salud de Camboya. Después de 20 meses de confinamiento como un centro de protección infantil y juvenil, Don Bosco Kep agradece a Dios Infinito por su protección. No ha habido en todo ese tiempo ni un solo caso de covid19 y por la protección a sus familias. Gracias a la comunidad internacional de benefactores, nuestros exalumnos incluso de otras escuelas salesianas del país, por ayudarnos con alimentación, medicina, material educativo y con sus oraciones. Ya estamos listos para continuar adelante incluso en los momentos más críticos, porque tenemos las semillas de un mejor futuro. Nuestra misión se extiende incluso más allá de los linderos de nuestra institución, a través de la Fundación Infantil Don Bosco y el programa Don Bosco Hermano Sol: Estamos en el seguimiento a niños en otras provincias camboyanas, especialmente de Ratanakirí en un aldea indígena charae y niños de la provincia de Udong Meanchey.






Que buena y hermosa labor en beneficio de niños y jóvenes más vulnerables. Gracias a todo este ramillete de Salesianos, Benefactores y Voluntarios que lograron lo posible y lo imposible por mejorar la educación y una mejor vida para Camboya.
Que Dios los bendiga y que nuestra oración los sostenga